Desde hace mucho tiempo, los amantes del Latín y del Griego nos empeñamos en tratar de convencer al mundo de las bondades de estas dos lenguas con afirmaciones tan válidas como inútiles: que si sirven para «estructurar» mejor el pensamiento, que si ayudan mucho en el aprendizajes de otras lenguas (romances y alguna no romance también), que si es muy útil para los nombres científicos, que si … La pregunta «¿Para qué sirve?» nos aplasta siempre, nos pongamos donde nos pongamos.
Como consecuencia de ello, desde hace bastante tiempo, mucho tiempo, no pierdo el mismo tratando de que el asno saboree la miel que se le ofrece (aquí solo aludo al conocido refrán, sin más connotaciones).
Sin embargo, Homo sum y vuelvo, cual Sísifo, a intentar subir la piedra de nuevo a la cúspide de la montaña, aún a sabiendas de que, posiblemente, seguramente, ciertamente, volverá a caer rodando por la ladera y esta vez puede ser que hasta me pase por encima. Me da lo mismo.
Ahora bien, nadie espere razones tan sesudas como las aludidas en el primer párrafo. Voy a hacer una lista con razones propias que, de ninguna manera, pretenderá responder a la tan odiada y odiosa pregunta ¿Para qué sirve? Una lista que no doy por finalizada y que, si lo creéis conveniente, podéis ayudarme a completar por medio de los comentarios. El orden de las afirmaciones tampoco indica relevancia alguna.
Para qué me sirven el Latín y el Griego:
- Para ser mejor con mis semejantes.
- Para que los demás crean que soy más listo de lo que soy.
- Para saber que no soy tan listo como los demás creen que soy.
- Para que me miren como un bicho raro.
- Para presumir utilizando latinismos y expresiones latinas correctamente.
- Para reírme de los que usan latinismos y expresiones latinas incorrectamente.
- Para sentirme privilegiado.
- Para entender a Homero o Virgilio en toda su plenitud.
- Para ver impresionantes historias donde los demás sólo alcanzan a ver piedras y ruinas.
- Para sonreír cuando se habla de obras actuales de cualquier tipo «con originales argumentos» que, en realidad, no esconden más que otra revisión del mito.
- Para indignarme cuando veo que no hemos aprendido nada del pasado.
- Para reírme en vida de la vida (y de la muerte).
- Para intuir que enfermedad padezco gracias a la etimología. Esto no siempre es bueno.
- Para quedarme estupefacto ante el nombre de algunos locales y productos con nombre grecolatino.
- Para comunicarme, en ocasiones, en twitter con mensajes que sólo pueden ser entendidos por un reducido grupo de también privilegiados.
- Para no preguntar idioteces como la de «¿Para qué sirve el Latín?»
- Para gozar haciendo jornadas de convivencia con colegas.
- Para disfrutar más intensamente de cualquier cosa que leo y, en especial, de la poesía llevado de la mano de la Etimología.
- Para sentirme totalmente realizado en todos los aspectos cada vez que consigo que mis alumnos se queden con la boca abierta.
- Para sentirme totalmente realizado en todos los aspectos cada vez que mis alumnos me dejan con la boca abierta.
- Para maldecir a quien haya que maldecir con vocablos que el ignorante puede percibir incluso como halagos.
- Para llevar un decente nivel de vida, sin que nadie me haya tenido que regalar nada y sin tener que engañar a nadie.
- Para saber que no hay nada nuevo bajo el sol.
- Para tratar de no hacer una tragedia del acto más insignificante.
- Para intentar convencer cada año a alumnos, padres y compañeros de que la opción de Humanidades no lanza a sus hijos al profundo Hades.
- Para saber que nada es verdad ni mentira totalmente.
- Para saber, antes que nadie, que el Papa Benedicto XVI ha renunciado.
- Para saber quién es un idiota y quién un hipócrita.
- Para acertar respuestas de concursos varios.
- Para saber que «Ser un buen Anfitrión» no es necesariamente un halago.
- Para no confundir «troyanos» con «griegos» cuando se habla de programas informáticos que se introducen ocultamente en nuestros dispositivos.
- Para quitarme pesados de encima.
- …
Salutem plurimam!
No me gustan estas motivaciones.. hay otras motivaciones, individual ..porque no es algo necesario, es algo que puede interesar como no puede
Me gustaMe gusta
A mí me ha servido para ganarme la vida, para transmitir a mis alumnos belleza, valores y una lengua misteriosa….y sobre todo, para ser profunda.
Me gustaMe gusta
Como mi padre le dijo con una sardónica sonrisa al médico de toda la vida, quien, indignado le preguntaba por qué me dejaba estudiar semejante inutilidad: para saber que cuando me diagnostican lumbago, o cefalea, o una enfermedad ideopática no tienen ni idea de lo que me pasa.
Enhorabuena por el artíclo.
Y yo sí les aconsejo a mis alumnos que estudien clásicas. Uno debe estudiar lo que le hace feliz. Para poner ladrillos o fregar suelos vale cualquier carrera. (Pater meus sapientissimus dixit).
Me gustaMe gusta
La pregunta, en realidad, debería ser :¿Para qué no me sirve el Latín y el Griego?
Sirven para ver más allá de las palabras, para comprender el porqué de los vocablos que usamos y no sólo en nuestra lengua sino también en cualquier otra a la que nos enfrentemos, sirven para descubrirse a uno mismo y descubrir, a la vez, lo que nos une a todos, para ver el mundo con otros ojos, para ser felices con la compañía de un texto y un diccionario, para acercarnos a un tiempo en el que todo era diferente y, a la vez, increíblemente parecido… Y, al menos a mi, me sirven para ser quien soy…
Me gustaMe gusta
La utilidad la ha de encontrar cada uno, como con muchos otros conocimientos.
Me gustaMe gusta
Algun estudiante en vías de escoger materias optativas me ha preguntado alguna vez de forma un tanto despectiva:
– Pero el latín, para qué te sirve?
En estos casos no puedo evitar la crueldad en la respuesta:
– A ti, para nada, porqué no sabes…
Me gustaMe gusta
¡Oooooooh! Gracias por darme a conocer una buenísima contestación. ¡Olé!
Me gustaMe gusta
me la copio yo también, jajajaja
Me gustaMe gusta
Para que nadie intente darme gato por liebre diciendo que tal cosa nunca antes se dijo. Y para que nadie oculte o traduzca mal -a propósito- textos clave de la historia humana.
Me gustaMe gusta
Gracias por hacerme feliz, aunque sea por un rato.
Me gustaMe gusta
Nunca soñé alcanzar tan gran alabanza.
Saludos cordiales.
Me gustaMe gusta
No sé si la palabra servir es la más adecuada, pero sí que ayudan a disfrutar con la lengua, con los textos, con las imágenes, y ayudan a que nuestros chavales se sorprendan cuando les haces ver por qué una palabra significa lo que significa y no significa otra cosa porque para ese otro concepto hay otra palabra,… y así ad infinitum.
Te ayuda a hacerles pensar en los porqués de tantas cosas, algunas tan nimias como por qué los meses tienen en algún caso nombres «equivocados» (tontería en la que no habían caído,…). en suma me gusta hacerles pensar, que aprendan a preguntarse el por qué y a encontrar una explicación y a no creerse nada porque sí.
Sirve para que seamos críticos primero con nosotros mismos y también con el entorno.
Sirve para ser un poco más feliz!
Me gustaMe gusta
Aunque no soy latinista siempre tuve la espinita por no saber de las lenguas clásicas Si volviera atrás, las estudiaría aunque fuera al paro porque esa satisfacción que da el saber, no se compara con ninguna otra.!Que pena no saber por ejemplo la etimología de las palabras y ya no digamos conocer la historia la literatura etc.
Me gustaMe gusta
Sencillamente para disfrutar, porque me gusta.
Me gustaMe gusta
EL LATÍN Y EL GRIEGO NO SIRVEN NADA.
Igual que el museo del Prado, la lectura, el palacio de la Música, los cuadros, los poemas, y el resto de obras artísticas producto de la cultura.
Me gustaMe gusta
Podría abrirnos los ojos, por favor, y decirnos hacia dónde debemos encaminar nuestros pasos.
Gracias.
Me gustaMe gusta
Igual me equivoco, pero creo que su comentario encerraba algo de ironía 😉
Me gustaMe gusta
Yo también, pero quisiera asegurarme …
Me gustaMe gusta
Tengo la impresión de que nuestro/a «Sam» viene a decir algo parecido a lo que Kant se/nos pregunta con: «¿Para qué sirve un hombre?» Pues para nada, puesto que es un fin en sí mismo. Es como preguntarle a un niño: «¿Para qué juegas?» Está clarísimo, juega para pasárselo bien.
Me gustaMe gusta
Pues a mí me sirve para estar en el paro, directamente y para cerrarme muchas puertas (comprobado). Pero aunque esa sea mi triste realidad (y la de muchos que no han estudiado esto, pero bueno… hablo de mí y mi título me limita por ser de lenguas clásicas y no modernas y no solo aquí en España sino en el extranjero…), no me arrepiento de haber estudiado latín y griego, estos sirven, gracias a que puedes acceder a un conocimiento tan antiguo, para comprender mucho mejor, muchas cosas del mundo actual que mucha gente no alcanza a entender tan profundamente. Además te estructuran la mente de una manera, que te ayudan a ver las cosas desde diferentes puntos de vista, ver todas las posibilidades de los problemas o situaciones. Te hacen más racional y a la vez más sentimental, te vuelven más humano. El latín y el griego son como el amor, son capaces de despertarte mariposas en el estómago, la pasión más desbordada y a la vez hacerte llorar, a veces de emoción y alegría, a veces de tristeza, de frustración e incluso de desesperación…
¿Recomendaría yo estudiar clásicas? sí y no. En el instituto sí, la carrera no, a no ser que tus papás tengan dinerito para apoyarte después cuando te quedes en el paro y veas que sacan poquitas plazas, que es difícil conseguir una, que hay muchos con más puntos que tú…, que en la privada cada vez hay menos centros con humanidades…, que si optas irte al extranjero con una beca para enseñar español, lo tienes muy difícil porque por delante de ti van todos los que han estudiado lenguas modernas o que directamente no puedes acceder a alguna precisamente por eso, porque tú has estudiado lenguas clásicas… y tantas otras cosas… antes de estudiar clásicas estaba completamente de acuerdo en seguir adelante con la vocación, después me he vuelto más realista y en tiempos de crisis creo que tienes que pensar muy bien en tus posibilidades reales, algo con lo que por cierto, la universidad no ayuda ¡los profesores te venden esta carrera de una manera maravillosa que no se corresponde para nada con la realidad! claro, tienen que comer, no les culpo (bueno sí, en parte sí que les culpo y de muchas cosas a las que no me voy a referir aquí).
Resumiendo (perdón por la parrafada) que sí, que estudiar latín y griego es muy importante para cualquier humanista y científico, que los estudien todos en el instituto, pero que quien piense estudiar clásicas en la universidad en estos tiempos que corren se lo piense muy, muy bien… porque el amor a la sabiduría está muy bien hasta que te falta el pan, aun así, animo a todos a los que a pesar de las dificultades quieren seguir adelante y estudiar clásicas… aunque parezca mentira por mis palabras, seguramente yo volvería a caer y a estudiarlas.
Me gustaMe gusta
Siento que te encuentres sin trabajo, entiendo que como profesora de latín y griego. Es frustrante, indignante. Pero si hubieras estudiado cualquier otra carrera (con menor pasión, creo), probablemente también te encontrarías en esta situación: como decenas de miles de titulados en estudios científicos, humanísticos o sociales. No es un problema solo de Clásicas, ni solo de Humanidades, ni solo de los universitarios. Es un problema sociopolítico gravísimo y extenso. ¿Darías clase si hubieras elegido Historia o F. Hispánica? ¿o Biología, Química, Derecho, Periodismo o la abrumadora Economía? Alégrate de esas adquisiciones para siempre, de esa lista de arriba en este blog, aún no del punto 22 y de los que se refieren a la interacción con los alumnos. Ánimo. No elegiste mal. (Cuando ya a edad madura he de afrontar 21 clases semanales –el resultado tras recortes de materias y personal docente, donde antes trabajábamos dos profesoras, y siempre bajo el filo de la tijera o el hacha–, pienso: Aequam memento rebus in arduis servare mentem. En ocasiones encontramos consuelo y solaz en los clásicos.
Me gustaMe gusta
Estoy de acuerdo, Yo estoy en paro desde hace un año. Me afectaron los recortes. No obstante, no creo que mi situación, al menos actualmente, fuese diferente si fuera arquitecta o ingeniera de caminos, que también están en paro. No obstante, si aconsejaría a cualquier filólogo clásico que del tirón, haga una filología moderna (para mí será quizá, el siguiente paso). Saludos
Me gustaMe gusta
Yo estoy estudiando Filología Clásica, y aunque me encontrase en tu situación, yo nunca me arrepentiría de estudiarla. Es una carrera fascinante. Y una pregunta: ¿acaso uno que estudia medicina tiene la misma facilidad que tú para encontrar trabajo? NO. La crisis afecta a TODOS estudies lo que estudies.
Me gustaMe gusta
No vale para nada
Me gustaMe gusta
¿Qué es, entonces, lo que «vale para algo», según usted?
Ilústrenos. Gracias
Me gustaMe gusta
Envidio a los que se han formado en el griego y en el latín porque son capaces de ir a los orígenes , sobre todo de las lenguas y a mí eso me fascina
Me gustaMe gusta
A Giovana Chirri le ha servido para dar la noticia de la dimisión del Papa antes que nadie.
Me gustaMe gusta
Efectivamente. Así lo habíamos puesto.
Gracias por la aportación. 🙂
Me gustaMe gusta
Para tener una base óptica con la que aprender lenguas romance, como el francés, el italiano o el portugués.
Me gustaMe gusta
Mi latín y mi griego lo tengo superoxidado… pero sé que me ha servido para comprender mejor de dónde proviene nuestra cultura y para percibir mejor la musicalidad de las palabras… Y aunque yo no soy exactamente una compañera de literatura sí te digo que me encanta la mitología y me sirve como lugar común en mis poemas…
El suspiro saliendo de las entrañas: cuando alguien te pregunta «¿Qué es Apolo?»
Me gustaMe gusta
Si has estudiado Latín y Griego, estoy convencido de que, por mucho tiempo que haga de ello, seguirán influyendo en toda tu vida, aunque parezca que no se nota, y, si escribes poesía, aún más.
Saludos
Me gustaMe gusta
A mi todas estas razones me ayudan a ser feliz. Gracias por escribirlas.
Me gustaMe gusta
Pues me alegro mucho. 🙂
Me gustaMe gusta
EL LATÍN Y EL GRIEGO (me) SIRVE para ser una persona cultivada y poder disfrutar de un ocio gratuíto, ese que propicia sentir mariposas en el estómago tantas veces, sensación y sentimiento reservados a unos pocos privilegiados. Me ha encantado. Precisamente me sirve porque no sirve para nada.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Maite, por el comentario.
Mejor resumen de lo que trato de transmitir, imposible. Se nota que tú sí sabes Latín (y Griego).
Saludos cordiales.
Me gustaMe gusta
Hola Maite, hoy justo, hablando con una amiga de mi situación laboral (yo soy una de tantas interinas que se han visto afectadas por los recortes y llevo un año sin trabajar)….ella me decía lo mismo que dice tanta gente: que había estudiado una marcianada. La única respuesta que le pude dar es: me gusta, me hace latir el corazón y el pensamiento y , quizá por el propio «misterio» que a veces engloba nuestra especialidad (la reconstrucción, el pudo ser así o asá, o según los testimonios…) me provoca un interés constante. Para qué sirve el latín y el griego…para mí es cómo preguntar para qué sirve el arte: para llenar el corazón y el pensamiento y poder transgredir, aunque sea un poco, los estrechos límites de la condición humana.
Me gustaMe gusta
Pues no puedo estar más de acuerdo. Solo deseo que pronto te pongas a trabajar en esta guerra de guerrillas, atrincherados como estamos, y nos hagas compañía. Así estaremos en sym-pathía, o en con-cordia, latiendo todos al unísono. Gracias y un afectuoso saludo. EX IMO PECTORE
Me gustaMe gusta